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viernes, 11 de octubre de 2013
Agosto amenazaba con llegar y, junto a él, las clases estaban muy cerca, otra vez. Cada día que pasaba, mis horas volaban en el messenger junto a Sany y en la web de Neopets. Otro punto a favor de Neopets era que no tenía que abrir una aplicación que me ocuparía toda la pantalla; ya que era una página web, podía hacer muchas otras cosas en la computadora al mismo tiempo.

Cuando era más pequeño, pertenecía a un grupo scout. Iba, religiosamente, todos los sábados a realizar diferentes actividades. Después de mucho tiempo, me llamaron; iban a realizar una fiesta y yo estaba invitado... uhm... me pidieron que ayude a acomodar las cosas de la casa al día siguiente. Después de una fiesta suelen haber estragos. No sé si era un honor el ser invitado o un favor el tener que ayudar... la verdad, nuca me gustaron las fiestas... pero vería gente de mi grupo scout que no veía hace tiempo.

El día de la fiesta, por la tarde, ideé un plan.

    Madre, ya me voy.
    Pero son las cuatro y media de la tarde...
    Como te dije, voy a ayudar a arreglar las cosas – añadí –. Ahorita tenemos que ver el tema de las luces y acomodar los sofás para que haya espacio en la sala.
    Está bien, hijo. No vienes hasta mañana ¿Verdad?
    Como al medio día, más o menos.
    Cuídate mucho.
    Tú también

Tras mentirle a mi madre, salí de casa con trote apurado. Si quería llegar a la fiesta, iba a tener que hacer todo a la velocidad de la luz. Sí, tenia que acomodar las cosas en la casa, pero después de la fiesta. Los arreglos a priori no sé de quién eran  responsabilidad.

Llegué a la avenida de la Marina. Ahora sólo era cuestión de recordar la conversación que había tenido con Sany antes de hablar con mi madre.

_| () $ 3 p |-|  dice:
Surco esta muy lejos.
(*) - Sany - (*) dice:
a mi me queda cerquita ^_^
_| () $ 3 p |-|  dice:
xq vives ai pues
(*) - Sany - (*) dice:
sip por la avenida el sol
_| () $ 3 p |-|  dice:
ni idea de donde es eso...
(*) - Sany - (*) dice:
queda por tomas marsano... esa avenida es conocida

¿Cómo no podía recordar el nombre de la avenida esa...? ¿Manzana...? ¿Manzanero...? Era algo con manzanas... estaba seguro... tal vez sería más atinado preguntar por la avenida el Sol.

    Nada, chibolo.
    Queda por otra calle... manzanero... o algo así
    No sé, loco.

Era la quinta vez que un cobrador me decía que no conocía ni el Sol... ni la avenida de las manzanitas... tal vez simplemente pueda ir a Surco y buscar; ¿Qué tan grande podría ser Surco? Rezaba porque no lo fuera mucho.

Paré una combi que tenía «Surco» en el cartel. El cobrador me podría dar referencias... después de todo, iba a Surco ¿No?

    Disculpa —le dije al hombre de aspecto descuidado— ¿Sabes dónde queda una calle...?
    ¿Cuál?
    Algo así... como «manzanero»...
    ¿Marsano?
    ¡Eso!
    Cruza Surquillo, Surco y llega hasta San Juan.
    Yo quiero ir a Surco ¿Vas?
    Nada, loco —me dijo—. Y creo que por aquí no hay carro directo... tendrás que tomar dos. Te llevo a Surco, habla.
    ¿Por qué parte pasas? —pregunté, no sé por qué... recién ese día me había enterado de que existía un distrito llamado Surco...
    ¡Ya está en verde, nos vamos! - gritó el chofer, desde su asiento
    Habla, ¿Vas o no?
    No... no —respondí. Estar en cualquier lugar de Surco era casi lo mismo que estar en San Miguel... iba a estar perdido. Al menos, sí conozco mi distrito.

El auto arrancó, pero al menos ya sabía el nombre de la calle, «Marsano». Me aventuré con un micro de techo bajo.

—Hola —le dije al cobrador— ¿Vas por Marsano?
    No —respondió—, pero puedo dejarte en Navarrete con Javier Prado. De ahí chapas carro a Marsano.
    Bueno —respondí, poco convencido.

Después de unos 25 minutos de viaje, estaba en Navarrete con Javier Prado, en el distrito de San Isidro. Para ese entonces, ignoraba que eso era San Isidro, que Navarrete existía (para mí, era la empresa que publicó mi álbum de Pokemon y de los Caballeros del zodiaco) y que Javier Prado era una de las avenidas más importantes de mi ciudad, si es que no es más importante.

_| () $ 3 p |-|  dice:
entonces algun día t visitare =)
(*) - Sany - (*) dice:
jejeje te esperare

La sorpresa debería salir bien. No tenía muchas referencias, era cierto.... pero una pequeña travesía nunca está de más si al final del camino hay una chica bonita esprando... bueno, no me esperaba, pero yo sabía que se alegraría de verme. Ahora estaba en Navarrete con Javier prado... no podía estar tan lejos... o quién sabe.

    Disculpe, señora —le hablé a una señora algo subida de peso— ¿Cómo puedo llegar a la avenida Marsano desde aquí?
    Uhm... estás algo lejos, hijo.
    Entonces... ¿Tomo un micro o algo así?
    Sería lo mejor. Pero de aquí no hay uno directo a Tomás Marsano, creo —añadió. Maldije, dentro de mí, al cobrador que me llevó hasta ahí sólo para cobrarme el pasaje. El enojo, sin embargo, el enojo desapareció rápidamente, ya que la señora me hizo recordar que el nombre del «Manzanero» era Tomás...
    ¿Entonces a dónde voy?
    Ve a la Vía Expresa... creo que ahí hay carros para Tomás Marsano.
    Está bien. Muchas gracias —dije. Con un gesto con la mano me despedí de ella y caminé por la avenida Javier Prado unos tres segundos. La señora volvió a hablarme
    Hijo...
    ¿Sí?
    La Vía Expresa está para el otro lado – señaló la larga pista que se encontraba tras ella —. Será mejor que tomes un micro... caminando te vas a demorar mucho.
    Vale. Muchas gracias —repetí. Caminé hacia donde su dedo apuntaba tres segundos antes.


No iba a tomar un micro. Ya había tomado uno y me sentía estafado. Caminaría... ¿Qué tan lejos podía ser?


Cuando la conocí, no sabía que las influencias eran poderosas

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